lunes, 22 de febrero de 2010

LA CIUDAD SE INUNDA. MACRI SÓLO HABLA.



La ciudad colapsó con las lluvias. 120 mil porteños padecieron la falta de energía eléctrica. A otros el agua llegó a la altura de sus cinturas. A la administración Macri el agua le llegó al cuello. El gobierno porteño casi se ahoga en excusas y sólo tres actos de gobierno brindaron asistencia a los porteños damnificados.

Las dos intensas lluvias que cayeron sobre la Cuidad de Buenos Aires, inundaron varios barrios más que los habituales. 120 mil usuarios sufrieron la falta de luz. Quedaron paralizados los servicios de trenes y subtes. Las autopistas se tornaron intransitables y el tránsito porteño se convirtió en un verdadero caos. Muchos autos quedaron inmovilizados y literalmente tapados por el agua. Las pérdidas materiales en hogares y comercios castigados por el temporal son incalculables y más de un centenar de semáforos dejaron de funcionar. Muchas personas que intentaban llegar a sus hogares cruzaban calles con el agua hasta la cintura aferrados a una soga y si tenían suerte podían acceder a los servicios de un solo bote dispuesto para el traslado de peatones. La flamante policía Metropolitana, asentada sobre las avenidas J.B.Justo y Sante Fe, intentaba sin éxito, delimitar un carril exclusivo para el uso del bote.

Mientras la ciudad se inundaba, el Jefe de gobierno Mauricio Macri y el jefe de gabinete Rodriguez Larreta, flotaban en los medios de comunicación, imputando culpas a terceros. Dijeron que el Servicio Meteorológico Nacional no dio el alerta a tiempo, achacaron irresponsabilidad a los vecinos por sacar la basura antes de la lluvia, utilizaron el gastado truco de acusar a gobiernos anteriores, cargaron contra las aguas bonaerenses y hasta responsabilizaron a la voluntad de Dios para descargar tanta furia climática. Cuando las excusas se ahogaban y agotaban, no titubearon en advertir y aseverar que ante la voluntad divina no se puede hacer mucho.

En el raid mediático y mientras las aguas seguían subiendo, no dejaban de destacar la asistencia bridada desde el gobierno de la ciudad a los damnificados. La ayuda se puede sintetizar en sólo tres acciones de gobierno. Anunciaron la entrega de subsidios, que ordena la Ley 1.575 para estos casos, sin dejar de resaltar el tope de 5 mil pesos, que al tiempo calificaban de absurdo. Pero no aclaraban que ese tope fue sugerido oportunamente por el legislador del PRO, autor de la iniciativa, que hace un tiempo fue aprobada por la legislatura. Finalmente y luego de una semana de la caída del primer aguacero, y con el objeto de amortiguar las críticas a la gestión, el gobierno de la ciudad aumentó el subsidio a 8 mil pesos. La segunda acción de gobierno estuvo protagonizada y lanzada por el propio Mauricio Macri, pidiendo a través de la red social Twitter que la gente no sacara la basura. Y por último llevaba tranquilidad a los porteños, afirmando que a mediados del año que viene, con la obra del Maldonado, cuya empresa contratista está presidida por un familiar de él, terminarán los anegamientos.

Lo cierto es que el temporal pudo haberlos sorprendido por falta del alerta del SMN, pero no es menos cierto que Macri ya había desestimado otros avisos. Un informe de la Auditoría General de la Ciudad, en diciembre, anticipó los sucesos de ésta semana, tras peritar el estado de sumideros y obras hidráulicas. Dos meses antes, un bloque legislativo, había denunciado la tremenda sub-ejecución (menos de un 30%), de obras hídricas y pluviales, a cambio de la sobre-ejecución en veredas, pavimento, embellecimiento del entorno, etc. En resumen sacaron dinero de obras hídricas y pluviales, para gastarlo en lo que se ve a simple vista.

Que se hayan inundado barrios que nunca se inundaban como Caballito, San Telmo y Flores, es la confirmación de la ausencia de inversión en obras de infraestructura y la ineficiencia en el mantenimiento tanto en la limpieza como en la reparación de desagues pluviales.Macri entre muchas otras promesas, dijo que resolvería el problema de las inundaciones, así como prometió la construcción de 10 Km. de líneas de subte por año. En 26 meses de gestión, los resultados están a la vista. La ciudad se inunda. Macri sólo habla.
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